Porque sabemos que las experiencias en la infancia temprana forman el cerebro del niño y determinan sus habilidades cognitivas y el equilibrio emocional. Durante los primeros tres años de vida, el niño construye un complejo sistema neurológico que le permite caminar, hablar, analizar, cuidar, amar, jugar, explorar y formar una personalidad única. El 50% de la maduración de la inteligencia se da entre los 0 y los 4 años; el 30% entre los 4 y los 8 años.

 

¿Por qué los primeros años de vida son fundamentales?

En el sentido literal, ya que ellos asientan las bases para el edificio de la personalidad. En especial, la formación del carácter es una conquista que realiza el niño a través de un largo y gradual ejercicio, de modo especial, entre los 3 y los 6 años de edad.

La educación inicial ocupa el primer lugar en la lista de propuestas para el desarrollo de Latinoamérica presentada por economistas y científicos congregados para estudiar los desafíos en la región.

La tasa de retorno calculada sobre la inversión en los buenos programas de educación preescolar es del 700%.

“La parte más importante de la vida no corresponde a los estudios universitarios, sino al primer período, que se extiende desde el nacimiento hasta los seis años, porque es en este período que se forma la inteligencia, el gran instrumento del hombre. Y no solo la inteligencia sino el conjunto de las facultades psíquicas.”
-María Montessori

Investigaciones en las neurociencias y la psicología cognitiva confirman hoy esta observación que, hace más de 60 años, aseveraba María Montessori.

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