Desde Chennai, India, nuestra querida Entrenadora AMI de 0 a 3 años, Monica Kleiner-Deu, nos comparte algunas fotos del centro sociedad teosófica donde vivieron Maria y Mario Montessori.

El viaje de Maria Montessori y su hijo Mario a la India en 1939 se convertiría en una inesperada, pero fructífera, estadía de casi siete años, un capítulo fundamental tanto en sus vidas como en la historia de su método pedagógico.

Llegaron a Adyar, Chennai (entonces Madrás), invitados por la Sociedad Teosófica, con la intención de dar un ciclo de cursos de formación y extender la filosofía Montessori en el subcontinente. Sin embargo, el destino tenía otros planes. Poco después de su llegada, estalló la Segunda Guerra Mundial en Europa. Al ser ciudadanos italianos y estar la India bajo dominio británico, madre e hijo quedaron varados, considerados técnicamente “enemigos extranjeros”.

Aunque Maria Montessori estuvo brevemente bajo arresto domiciliario, las autoridades británicas finalmente le permitieron seguir trabajando, y la sede de la Sociedad Teosófica se transformó en su refugio y centro de enseñanza. Lejos de detenerse, fue en este ambiente exótico y forzado donde la doctora y su incansable hijo, Mario, quien siempre estuvo a su lado traduciendo sus charlas, llevaron a cabo un intenso programa.

Durante estos años, realizaron numerosos cursos de capacitación que formaron a más de mil quinientos maestros, sembrando profundamente la semilla del método. Pero, quizás lo más trascendental fue el desarrollo y la consolidación de su currículo para niños de 6 a 12 años, lo que hoy conocemos como la Educación Cósmica. Observando la rica cultura, la historia profunda y la naturaleza exuberante de la India, Maria Montessori concibió una manera de presentar el universo a los niños de forma integrada, estimulando su imaginación y su sentido de asombro.

Compartieron tiempo y trabajaron con figuras indias como Rabindranath Tagore, reforzando la convicción de Montessori de que la educación no era solo un camino académico, sino el único camino posible hacia la Paz Mundial.

Finalmente, al terminar la guerra, Maria y Mario pudieron partir, regresando a Europa en 1946. Llevaban consigo no solo sus pertenencias, sino también un tesoro de nuevas ideas y una profunda expansión de su método, forjada en la inesperada cuna espiritual y académica que la India les había ofrecido. Fue, sin duda, un exilio que transformó el futuro de la pedagogía Montessori.